Índice de volatilidad

Cómo ganar dinero gracias al miedo de los inversores

Vix miedo
La Bolsa de Nueva York, en Wall Steet.
Laura Piedehierro
  • Laura Piedehierro
  • Periodista. Cuando no escribo del Ibex 35 me gusta mirar cuadros. Antes en Estrategias de inversión y ahora aquí.

El refranero español dice que el miedo es libre. Lo es también en el mundo financiero, donde varios índices miden el sentimiento predominante entre los inversores. De entre todos ellos uno, referido al S&P 500, es el más utilizado para cuantificar el temor, del que se puede obtener importantes rentabilidades, tanto al invertir en el propio pánico como al utilizarlo de indicador sobre lo que hará el mercado.

La volatilidad se puede definir como la variabilidad de la rentabilidad de un activo respecto a su media en un periodo de tiempo determinado. “Mide los movimientos de los precios, lo que matemáticamente se llama la desviación estándar”, explica Sara Carbonell, directora general de CMC Markets en España. Y para medir esos movimientos, el indicador más representativo es el Vix.

Conocido como el índice del miedo, fue creado por el Chicago Board Options Exchange (CBOE) y cuantifica la volatilidad implícita del S&P 500 durante los siguientes 30 días. “Como la Bolsa americana manda, cuando hay mucha volatilidad en el S&P lo normal es que se extienda al resto del mercado.  Cuando esto sucede el Vix sube y cuando los mercados están tranquilos el Vix baja”, indica Carbonell. “Ante momentos de incertidumbre, movimientos de volatilidad te pueden beneficiar”, subraya Miguel Momobela, analista de XTB, porque se puede invertir en ella.

Vix, el índice del miedo

Aunque no es la única forma de hacerlo, la inversión en volatilidad a través de CFDs es la más utilizada. Un contrato por diferencias (CFD) es un instrumento de inversión derivado al contado, generalmente sin vencimiento, que permite realizar operaciones sobre los movimientos de los precios sin poseer el activo subyacente. Implican apalancamiento, es decir, es posible mantener una posición sobre un activo sin desembolsar la totalidad del coste de este, simplemente el margen requerido para dicha operación. Esta característica les dota de un elevado riesgo.

“El principal problema de la gente que invierte es la propia gente”, apunta Momobela, que subraya que “lo que hay que tener en cuenta es que el beneficio o pérdidas obtenidas se calculan en base al capital que se aporta”, siendo estas proporcionales. “Lo complicado de usar un producto es saber en qué momento de mercado podemos entrar con esa posición y hasta qué punto podemos entrar”, añade.

En CMC Markets cuentan con un CFD de volatilidad, el CFD Volatility Index, que replica al Vix. “La volatilidad sube mucho porque, por ejemplo, la gente vende sus acciones y caen los precios. O al revés, hay una buena noticia, todo el mundo compra y hay un movimiento del precio al alza”, subraya Carbonell. La correlación es bastante perfecta. Lo normal es que si los mercados caen la volatilidad suba y viceversa. Si los mercados suben, la volatilidad debería caer. Para estos casos, se pueden abrir posiciones cortas, o bajistas, también a través de CFDs. “El que se haya puesto corto en Vix en las ultimas semanas se tiene que estar forrando”, subraya Momobela. En lo que va de año, la caída es del 32%.

Y es que a pesar de los números riesgos, virales, económicos y geopolíticos, que existen para los mercados, la volatilidad ha caído hasta niveles bajos, y se sitúa alrededor de los 16 puntos, por debajo de la media de 19 puntos que el índice registra desde 1991. “Esta calma ha hecho saltar las alarmas entre algunos inversores por el temor a la complacencia”, indica Duncan Lamont, CFA, responsable de análisis de Schroders.

Porque algo haya sucedido en el pasado no significa que vuelva a ocurrir en el futuro. Sin embargo, el comportamiento del Vix podría anticipar la evolución del S&P 500. Según datos de la gestora, la principal referencia de Wall Street se ha anotado una subida de alrededor del 15% en los doce meses siguientes a una lectura del índice del miedo de 16 puntos. “En lugar de ser un momento oportuno para vender, históricamente ha sido cuando se han obtenido unas rentabilidades mejores”, subraya Lamont.

Por el contrario, el peor momento para comprar ha sido cuando el Vix ha estado relativamente alto, ya que cuando el índice ha visitado la zona de los 20 puntos, el cuchillo ha seguido cayendo y los inversores que compraron entonces se han cortado. Por encima de 30 enteros o más, aquellos con una mayor tolerancia al riesgo han obtenido las mejores rentabilidades. Lo que ocurrió el año pasado es el mejor ejemplo.

El 16 de marzo de 2020 el Vix cerró en 82,69 puntos, nuevos máximos históricos por encima del registrado el 20 de noviembre de 2008, marcado en los 80,86 puntos. El miedo en el estallido de la pandemia de coronavirus superó al provocado por la crisis de las hipotecas subprime y que se llevó por delante a Lehman Brothers.  En los doce meses siguientes a ese 16 de marzo, el S&P 500 subió un 66%. Desde que el miedo en el mercado alcanzó niveles nunca vistos y hasta ahora, la rentabilidad es del 87%.

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